Desde la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, siempre hemos apostado por la necesidad de adaptar los espacios a los menores, ya que las ciudades están hechas por y para adultos, de forma que se beneficie toda la población.
Si en España la cultura
preventiva viene impuesta por modelos legislativos (mejorables), esta cultura
es totalmente inexistente cuando los niños son los protagonistas, un defecto
que debemos cambiar de forma que la prevención se integre en nuestras vidas
como los modelos de alimentación saludable, las adicciones o la prevención
laboral.
En el caso de eventos específicos
como la Cabalgata de Reyes, también deben contar con la percepción del riesgo
como el eje central a la hora de diseñar su recorrido y desarrollo de la misma.
Las evaluaciones de riesgo infantiles previas a cualquier instalación, acto o
espacio destinado a los niños son la única herramienta para evitar accidentes,
ya que se basan en las necesidades y características de los menores, incluyendo
estos parámetros en los habituales de organización, movilidad, recorrido, corte
de tráfico eventual, etc., que requieren. Características como la escasa o nula
percepción del riesgo, la impulsividad, la capacidad y agudeza visual y
auditiva, la altura, la adquisición de habilidades motrices, etc., son las que
deben establecer las necesidades que precisa el entorno y el espacio donde se
lleven a cabo estas actividades.
Además de las evaluaciones de
riesgo infantiles, otras recomendaciones para actos, espacios e instalaciones
destinadas al público infantil, en este caso la organización, gestión y
desarrollo de una cabalgata de Reyes son la formación e información de las
medidas preventivas tanto a las familias como a los participantes de la cabalgata.
Por ejemplo en el caso de las
familias el control de los menores a través de pulseras identificativas y/o
cinturones de muñeca en aquellos casos donde la impulsividad y escasa
percepción del riesgo del menor así lo precise.
Los conductores, acompañantes,
voluntarios y demás personal y voluntarios que participan en el recorrido,
deben recibir una formación adecuada al riesgo que deben gestionar según el
papel que cumplan, sin olvidar la formación en cultura preventiva infantil de aquellos máximos responsables de la
proyección de la misma.
El recorrido de la cabalgata es
uno de los principales conceptos que deben evaluar el riesgo implícito,
evitando espacios estrechos donde la aglomeración de personas ya suponga un
elevado riesgo además de la aproximación al tráfico rodado, en este caso de las
carrozas, por este motivo esos tramos de recorrido deben estar señalizados y
delimitados para evitar cualquier acceso al paso de la cabalgata.
Debemos pensar que la tragedia deMálaga y si se nos permite del Madrid Arena, son equivalentes en consecuencias,
en el primer caso no existe una normativa adecuada a la prevención de riesgos
infantiles, en el segundo no se cumplió ninguno de los requisitos mínimos
estipulados por legislación.
No es hora de buscar culpables ante
tan trágico accidente, pero como siempre decimos si se pudo
haber evitado no es un accidente, la investigación tiene que ofrecer las soluciones necesarias
para evitar que estos sucesos vuelvan a ocurrir.
Desde la Asociación Nacional
de Seguridad Infantil nos ponemos a disposición de las administraciones
públicas competentes para colaborar con ellas y que no se produzcan más muertes
evitables, y por supuesto nos abrazamos a las familias en estos momentos tan
duros con el compromiso de luchar para que no vuelva a suceder.
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