· 3 de cada 4 fallecimientos se producen en piscinas privadas
· 5.000 menores fallecen en Europa cada verano por ahogamientos
Las piscinas son elementos de recreo y diversión,
l@s niñ@s deben jugar, investigar…para poder desarrollarse y crecer. Ambos
elementos pueden y deben convivir en
armonía, conseguirlo es responsabilidad
de los adultos.
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Ante estos datos y a falta de normativas que regulen la seguridad infantil en las piscinas, la concienciación y la divulgación de las medidas preventivas son las herramientas que desde la Asociación Nacional de Seguridad Infantil ponemos a disposición de la sociedad para reducir la tasa de fallecimientos infantiles en piscinas. Así mismo apoyamos todas aquellas campañas que fomenten una regulación y divulguen la seguridad infantil en estos espacios.
Todas las medidas preventivas
recogidas en este decálogo se basan en las características (escasa motricidad,
nula o escasa percepción del riesgo, etc.) y los comportamientos habituales
(curiosidad, querer un juguete que esté en el agua, etc.) de los más pequeños,
y son los adultos los que deberán ver el espacio de la misma forma que los
niños para conseguir la eficacia que se persigue y bajo la premisa que solo 6
cm de agua pueden provocar un ahogamiento infantil.
1. Visibilidad continua: NO existe
sustituto de la supervisión de un
adulto, por ello la estricta vigilancia y el control permanente son básicos. Si
son varios los adultos en casa, recomendamos se nombre un responsable de la supervisión
o hacer turnos de vigilancia, de lo contrario se puede caer en el error de confiar en que otro está
observando a los niños y no ser así.
2. A UN BRAZO: (Aunque prevalece el número 1. SUPERVISIÓN CONTINUA) Cada 10 segundos el adulto responsable de la vigilancia debe mirar a la piscina si hay niños dentro o alrededor de ella y debe poder alcanzar al niño con el brazo. Evitar cualquier distracción, muy comunes actualmente con el uso de móviles y redes sociales.
3. Detectar riesgos: previamente el adulto debe recorrer el camino desde el hogar hasta la piscina tal y como lo haría el niño, asegurándose de que en ningún caso el pequeño puede llegar hasta el agua por sí solo ante un descuido.
2. A UN BRAZO: (Aunque prevalece el número 1. SUPERVISIÓN CONTINUA) Cada 10 segundos el adulto responsable de la vigilancia debe mirar a la piscina si hay niños dentro o alrededor de ella y debe poder alcanzar al niño con el brazo. Evitar cualquier distracción, muy comunes actualmente con el uso de móviles y redes sociales.
3. Detectar riesgos: previamente el adulto debe recorrer el camino desde el hogar hasta la piscina tal y como lo haría el niño, asegurándose de que en ningún caso el pequeño puede llegar hasta el agua por sí solo ante un descuido.
4. Niveles de protección: en función de
los riesgos detectados y las características de la casa se instalaran los dispositivos
de seguridad que eviten que el niño pueda llegar a la piscina, tanto en el
interior de la casa como en el exterior.
5. Aprendizaje y educación: los niños
deben aprender lo
antes posible a flotar primero y a nadar después. Aun con este aprendizaje no
olvidar posibles accidentes como caídas y golpes o una mala digestión, pueden conmocionar al pequeñ@ por lo que
volvemos a referirnos al punto 1 del presente decálogo.
6. Dispositivos de rescate: tener a mano
equipos de rescate básico, salvavidas, pértiga y teléfono.
7. Orden: el mejor hábito es el de recoger
los juguetes y otros elementos de flotación que puedan resultar llamativos para
el niño, deben mantenerse alejados de la piscina y sus alrededores después de
su uso, de esta forma evitamos que el niño intente alcanzarlos.
8. Drenajes: la revisión y el
mantenimiento de estos elementos, así como el alejamiento infantil de las
partes mecánicas y de los filtros de la piscina son las mejores medidas
preventivas para evitar lesiones o mantenerse sumergidos por la succión sin
posibilidad de salir a la superficie. Los
adultos deben conocer como desconectar estos dispositivos.
9. Elementos de seguridad:
a.
Elementos de seguridad activa (vallas de piscina
y cobertores), que evitan el contacto directo del niño con el agua. Deben
cumplir con las Normas AFNOR
b.
Elementos de seguridad pasiva (alarmas
perimetrales y alarmas de inmersión), que nos avisan cuando el niño ya ha
entrado en el agua, por lo que el tiempo de reacción del adulto se acorta.
En cualquier
caso se debe disponer de un dispositivo de retención y aviso, ya que es la
mejor forma de evitar ahogamientos. Así mismo usar elementos de flotación seguros, siempre con el Marcado CE y adecuados a cada niño.
10. Emergencias: los adultos y l@s niñ@s deberían aprender RCP (Reanimación Cardiopulmonar), así como interiorizar el procedimiento en caso de emergencia por ahogamiento: PAS, teléfono de emergencia (112) y actuación de seguridad.
Las medidas de seguridad para
evitar accidentes y ahogamientos deben estar en todas las piscinas, sean
propias o de otros.
Y por último mención especial a
la seguridad infantil en las piscinas hinchables para bebés, estas se deben de
vaciar y recoger en cuanto no se usen y no reducir la vigilancia y supervisión,
reiteramos: SOLO 6 cm de agua pueden provocar un ahogamiento infantil.

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