Iniciamos la semana con la
noticia de la muerte de un niño de 4 años al precipitarse desde un sexto piso.
Desde la Asociación Nacional de
Seguridad Infantil nos unimos al dolor de la familia en estos duros momentos, y continuamos
con más fuerza si cabe nuestra labor de concienciación y divulgación de las
medidas preventivas para evitar lesiones y muertes infantiles como la que
acontece.
Las características motrices de
los niños, la escasa o nula percepción del riesgo y la insaciable curiosidad
que les determina para que crezcan y evolucionen, son los factores de riego que los adultos
responsables de su protección y cuidado deben basarse para adoptar medidas preventivas
eficaces que eviten accidentes por caídas desde gran altura sin coartar su
estimulación y desarrollo.
A partir de estos parámetros
construimos los argumentos sólidos con los que consolidar la seguridad infantil
ante este tipo de accidente y algunos aplicables a todos los accidentes
infantiles.
1- Los
adultos somos su modelo y referente a seguir en conductas por lo que la cultura
preventiva de autoprotección que pretendemos generar debe iniciarse por
nosotros mismos, no debemos incitar ni
realizar acciones que puedan suponer un riesgo en presencia del niño, éste lo
verá como un acto usual y cotidiano que imitar y buscará todos los elementos
necesarios a su alcance para conseguir su objetivo.
2- Eliminar
del alcance del niño todos aquellos elementos ornamentales (macetas,
jardineras, etc.) y equipamiento (sillas, mesas, etc.) que propicien la
escalada, incidimos en que la motricidad en proceso de desarrollo implica un
escaso dominio corporal por lo que el riesgo de caída es muy elevado.
3- La
distribución de los espacios en el momento en el que un bebé llega a nuestros
hogares debe incorporar los elementos preventivos, primando por encima de
cualquier estética, por ello es muy importante que la ubicación de cunas,
cambiadores, etc., no estén próximos a ventanas, y en cualquier caso estas
deben incorporar bloqueos o dispositivos de seguridad infantil.
4- La
anticipación es una de las herramientas que los adultos debemos utilizar para
prevenir accidentes infantiles, cada niño evoluciona de forma diferente, gatea,
camina y corre en su momento, no podemos pensar que no es capaz de arrastrar o
escalar, y sí anticiparnos aunque aún no hay adquirido esa habilidad.
5- Un
elemento escalable puede ser la propia barandilla del balcón o terraza, así
como las barandas de las escaleras, sobre todo si estas disponen de uno o
varios travesaños horizontales lo que le confiere propiedad de escalera en sí
misma.
6- Cualquier
hueco superior a 10 cm (incluida la distancia entre barrotes) es un riesgo no solo
de caída, también de asfixia si el niño introduce la cabeza en estos espacios.
Por otro lado es habitual el lanzamiento de objetos al exterior (el niño
intenta descubrir la causa efecto de los actos) por lo que también supone un
factor de riesgo para otras personas y transeúntes.
7- La
educación en cultura preventiva, y que
todos los padres queremos para nuestros hijos debemos gestionarla, además de
con nuestros actos, con argumentos razonables en función del nivel de desarrollo
cognitivo del menor. Se conseguirá el equilibrio perfecto distribuyendo
proporcionalmente la incorporación de
medidas preventivas y el aumento de la educación
en esta cultura.
8- La
instalación de equipamiento de seguridad, no deben suponer un obstáculo de las
vías de evacuación de la vivienda que pueden salvarnos en caso de emergencia,
por ejemplo las rejas no reversibles en ventanas y balcones son obstructivas en
caso de evacuación por incendio.
9- Los
dispositivos de bloqueo infantil, adecuados a cada equipamiento, y de fácil
apertura por parte de un adulto, o las redes de seguridad certificadas
anticaídas son los elementos preventivos más recomendables para evitar este
accidente.
10- No confiemos en
la supervisión completa del adulto, es imposible poder vigilar al niño las 24 h
del día y en todo momento, por ello la incorporación de elementos preventivos y
la cultura deben formar parte de cualquier hogar con niños. No se trata de
sobreproteger, sino de adaptar los espacios a sus necesidades para un feliz
desarrollo.
Por último recordar que el verano
es una época donde se propician los accidentes infantiles con consecuencias más
graves, como son las caídas desde gran altura y los ahogamientos en piscinas,
también hemos notado como el uso de nuevas tecnologías fomenta muchas
distracciones aumentando la tasa de lesiones en la infancia por descuido, desde
la Asociación Nacional de Seguridad Infantil ponemos a disposición de la
sociedad en general todos nuestros recursos para la prevención de accidentes en
la infancia.
Reiteramos nuestras condolencias,
apoyo y nos sumamos al dolor de la familia del pequeño fallecido en Burriana.
Permitida la reproducción total o parcial citando la fuente y autor
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